La autocrítica no aparece. El Partido Justicialista ha tenido otra mala perfomance en las cuatro incursiones electorales del domingo pasado. Los resultados en Jujuy, Salta, Chaco y San Luis no dejan de ser un llamado de atención para el partido que ya no ejerce el poder en la Argentina. Lo que es peor, al peronismo le está costando consolidar ese tercio del electorado que generalmente deposita su voto porque aún tiene la fe de que las cosas, internamente, cambiarán. Nada de eso ha pasado aún. Más allá de que Cristina Fernández de Kirchner presida al partido, a la militancia le cuesta reconocer ese liderazgo, mucho más a la sociedad, que se bancó el mayor ajuste de la historia, instrumentado por el economista libertario Javier Milei, apenas asumió la Presidencia de la Nación.
Los oficialismos resultaron victoriosos en los comicios. Sin embargo, La Libertad Avanza (LLA) presentó la jornada como si el triunfo fuera propio. Más allá de esa percepción libertaria, todavía no consolida una masa crítica que le permita desenvolverse con soltura en el tablero político nacional. En Jujuy, los radicales mantienen su estructura. En Chaco, una alianza con el gobernador Leandro Zdero, ha permitido a LLA levantar sus brazos. En San Luis asomó el apoyo, mientras que Salta fue la revelación. El peronismo pierde fortalezas que antes eran sus bastiones. En esta parte del país le quedan dos polos de concentración política: Catamarca, de la mano de Raúl Jalil que, sin embargo, siempre está bajo la auscultación de Lucía Corpacci, ex gobernadora y actual senadora kirchnerista. Jalil es uno de los dialoguistas que, cada tanto, entran en examen en la estructura partidaria. El otro polo es Tucumán. Osvaldo Jaldo exhibe, con frecuencia, sondeos que lo posicionan como el gobernador de mejor imagen en el país. Ese acompañamiento en las encuestas se pondrá a prueba en las urnas. De allí que pone todas las fichas a los comicios del 26 de octubre.
Jaldo cuestionó la conducción nacional del PJ y llamó a revisar la estrategia rumbo a octubreCada provincia es un mundo aparte. Como dice el analista Sergio Berensztein, la gobernabilidad se construye desde las provincias hacia el centro del país. Claro que en ese proceso muy pocos gobernadores actúan en soledad. Ninguno quiere problemas con la Casa Rosada, más allá de las diferencias ideológicas. Tratan de que se sostenga la lógica de un reparto justo y previsible de los fondos coparticipables; le escapan al debate sobre la reestructuración del régimen de distribución del dinero federal. Ya no hay ligas, sino convocatorias colectivas intersectoriales para debatir cuestione regionales. El fenómeno Milei les recortó el margen de acción política. Por eso, en gran medida, se mantienen sólidos los acuerdos. No hay grandes conflictos en las jurisdicciones subnacionales, pese a los desequilibrios naturales de la Argentina en todos sus aspectos.
La motosierra mileísta sigue funcionando. Cristina, a su vez, intenta poner en órbita al PJ. El congreso nacional partidario había suspendido la convocatoria del 25 de abril pasado, en Ferro, en memoria del Papa Francisco. Ahora, según trascendió, la nueva fecha sería el martes 20, a partir de las 17. A diferencia del anterior, en esta oportunidad, los congresales no se verían las caras frente a frente, sino a través de videollamadas. Las cosas se modificaron radicalmente para que el peronismo siga avanzando con las intervenciones partidarias. Salta es un claro ejemplo. Tucumán estaba en la gatera a partir del enfrentamiento entre Jaldo y el ala kirchnerista que encabeza, precisamente, el presidente del distrito local del PJ y senador nacional, Juan Manzur. El consejo partidario tucumano ha dejado en claro que resistirá cualquier intento en ese sentido. Jaldo, mientras tanto, avanza en la conformación del frente electoral que comandará el Partido Justicialista. Lo ha dejado en claro la noche del lunes en San Isidro de Lules cuando, en un mitin posterior a un acto público, ha señalado que no sacará los pies del plato peronista después de 43 años ininterrumpidos de servicios a la causa justicialista. Con esa arenga también marcó la cancha para aquellos que se ponen en la vereda del frente de la Casa de Gobierno.
Osvaldo Jaldo: "El peronismo tiene que hacer una autocrítica; anoche no teníamos qué festejar"El tranqueño fue más allá en su mensaje. Afirmó que todos los dirigentes, electos y los que quedaron en el camino, tendrán que acompañar la propuesta de candidatos que presente para los comicios de medio turno en los que se renovarán cuatro bancas por Tucumán, dos de ellas hoy en poder del PJ. Palabras más, palabras menos, el gobernador dejó en claro que pondrá en observación las conductas en todos los departamentos, en todos los circuitos y en cada rincón donde se vote para establecer cuánto ha sido el grado de compromiso con la causa peronista. “El 27 de octubre sabremos quiénes han sido leales y quiénes no. Después no habrá tiempo para lamentos”, enfatizó.
A la motosierra nacional, Jaldo le interpondrá la tijera electoral tucumana. El mandatario está decidido a enfrentar en las urnas a La Libertad Avanza, más allá de que haya sintonía en lo institucional. La consigna del tranqueño es que a él le quedan dos años de gestión del primer mandato. Si se transita con tranquilidad y con una victoria en las urnas, habrá suficiente oxígeno político para cerrar ese ciclo en 2027 y pensar en una continuidad, en tanto y en cuanto la sociedad acompañe.
Inquietud
El sistema de votación es otra inquietud en las huestes oficialistas. Hasta ahora no hay una figura rutilante en el oficialismo que brille de la misma manera que el escudo partidario o de la potencial alianza electoral. El proceso de selección no es sencillo si se toman en cuenta los requisitos. Jaldo quiere que los candidatos respondan directamente a la Casa de Gobierno, como vienen haciéndolo, en la actualidad, los tres mosqueteros del bloque Independencia: Agustín Fernández, Elia Fernández y Gladys Medina. De esa manera mantiene abierto el canal de negociación con el Gobierno nacional, cada vez que el Poder Ejecutivo envíe una iniciativa al Congreso. La Libertad Avanza apuesta a la marca, más que a nombres y apellidos. El radicalismo, a su vez, exhibe a Roberto Sánchez como su dirigente de mayor apoyo en los sondeos y, por lo tanto, identificado con los signos partidarios. Lo mismo pasa con Fuerza Republicana y el apellido Bussi. Jaldo en la nómina del frente oficialista no es una utopía; sin embargo, implicaría cierto desgaste a la figura del gobernador. Miguel Acevedo, vicegobernador, y Rossana Chahla, intendenta capitalina, se bajaron de esa lista apenas sus nombres trascendieron. En este sentido, el mandatario siente que no hay sugerencias respecto de la conformación del listado por parte de las principales espadas del PJ.
Los días por venir marcarán el rumbo de la campaña. Jaldo ya la lanzó virtualmente y se puso al frente de la batalla electoral que se viene. No hay posibilidades que en Tucumán se haga un experimento como el que LLA realizó en Chaco. El propio Javier Milei quiere parlamentarios “puros”, con los que no tenga que negociar permanentemente. Frente a ese escenario, los discursos públicos seguirán respetando la tregua institucional.
La motosierra continuará su marcha de ajuste fiscal; la tijera electoral de Jaldo seguirá accionando para cortar la modorra de parte de la dirigencia. “No me sirven los políticos del café; se necesita gente que salga a la calle a escuchar a la gente”, arengó en Lules. Todo un mensaje hacia adentro del PJ.